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De jugar en su barrio de Colombia a ser referente en un barrio de Sevilla: la historia de Xiomara 

Xiomara llegó a Sevilla desde Colombia hace un año. Empezar de nuevo, sin conocer a nadie, no fue fácil. Pero lo que comenzó como un reto, se transformó en oportunidad cuando conoció la Fundación Fútbol Más. 

Fue gracias a una asociación local que Xiomara se cruzó con el Programa de Jóvenes que Fútbol Más desarrolla junto a Beyond Sport y New Balance Foundation en Madrid y Sevilla. Y como el deporte siempre ha estado presente en su vida, se sumó sin dudar. Hoy, es voluntaria en el proyecto Deporte por Refugio y referente para decenas de niñas y niños de su comunidad. 

Un espacio donde confiar 

“Lo que más me gusta del programa es cómo se implementa uniendo el deporte y lo social”, explica. “Ambas cosas me parecen fundamentales. Lo que más me sorprende es cómo realmente se logra crear un espacio seguro para cada niño y niña”. 

Ese espacio seguro se construye en cada sesión, con tarjetas verdes para celebrar los logros y azules para invitar a la reflexión, e invitando a los y las menores a hablar de temas importantes y de actualidad, escuchando con respeto y aprendiendo a convivir. 

Xiomara recuerda con especial emoción el día que una niña del grupo le dijo que quería jugar al fútbol como ella y tener la confianza que ella tenía. Ese tipo de momentos, cuenta, “no tienen precio”. 

Ser parte y aportar 

Como joven migrante, su historia también es la historia de muchas otras personas que han tenido que volver a empezar lejos de casa. Y desde su rol como voluntaria, ha podido acompañar a niños y niñas que atraviesan procesos similares. 

“He aprendido a tener herramientas para ayudar a los niños y niñas, y a potenciar mis propias habilidades de liderazgo y trabajo en equipo”, dice. Pero también ha recibido. “De otros jóvenes he aprendido que, aunque no sepan el idioma, siempre se esfuerzan por aprender y querer ayudar”. 

Desde que forma parte del programa, su forma de verse ha cambiado. “El programa cambió mi vida de manera positiva. Ha vuelto mi creatividad y la imaginación que había perdido, y ha mejorado mi autoestima”, afirma. 

Construir comunidad desde lo cotidiano 

Cuando le preguntamos qué le diría a otra chica o chico que no sabe cómo aportar a su comunidad, su respuesta es clara:

“No hace falta tener muchas cosas para poder ayudar. Con el hecho de escuchar, de estar presente, de mirar al rededor, ya es una parte fundamental. Todos somos parte imprescindible de la comunidad y de la vida de otras personas, ya que siempre vamos a poder aportar algo positivo a alguien.” 

Este programa, dirigido a jóvenes refugiados y solicitantes de asilo, apuesta por el deporte para el desarrollo como herramienta de empoderamiento. A través de un proceso formativo y de educación no formal, las y los participantes se preparan para convertirse en líderes, capaces de generar un impacto positivo en su comunidad. Las actividades sociodeportivas les brindan la oportunidad de adquirir habilidades y herramientas clave para su desarrollo personal y su futuro profesional. Al mismo tiempo, se fortalecen las redes comunitarias en los barrios, promoviendo la inclusión, la convivencia y la igualdad de oportunidades para la infancia y juventud.

Xiomara es prueba de ello: una joven que, al volver a confiar, está ayudando a que muchas otras personas también lo hagan. 

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